Ya estoy en el próximo paso. Hemos llevado el kayak a punto de inicio, es decir a la casa de mis padres en Arnhem, Los Países Bajos (como se suele llamar hoy en día). Mi novia y yo quedamos una sola noche allí para volver el día siguiente hacia Cádiz. Una paliza de casi 5.000 kilómetros por las autovías. Por casualidad, estos 5.000 km es justo la distancia que me está esperando para palear en kayak. Parece un poco surrealista todo.
Entonces el kayak y todo el equipo está en el pasillo en Arnhem. Fue un puzzle para meter todo dentro. Por una parte es muy bueno llevar estrictamente lo mínimo. Así el kayak pesa menos, hacer y recoger el campamento va más rápido y todo es menos aparatoso. Por otra parte esto no es una excursión de algunos días, ni de dos semanas, sino un estilo de vivir durante casi medio año. No es lo mismo. Por este motivo llevo un poco más que en otros viajes.
El Lunes 25 de este mes, mañana, llegaré con avión en los Países Bajos. Pasaré un rato con mis padres (mi madre está un poco preocupada, no entiendo el motivo jeje) y haré algunas compras para los primeros días. Además tendré que realizar algunas llamadas para consultar las esclusas por donde tendré que pasar. Una vez hecho esas cosas, elegiré el día para montar el kayak en el carrito que hice y buscaré el río Rijn. ¡Qué ilusión!