Es lo que me preguntan a menudo durante los encuentras en la playa. La respuesta pueda ser no muy satisfactoria: “No tengo idea.” Hasta donde el viento, las olas, la corriente, el hambre y mi energía me permiten llegar, sería una respuesta más detallada. Aunque tampoco dice mucho, jeje. Por ejemplo hoy he tenido muchas ganas de cubrir una buena distancia. Al final no he hecho más que 5 kilómetros. El arte durante travesías largas como esta, es simplemente aceptar lo que hay. También en el caso si el resultado es muy distinto a la esperanza.
A pesar de lo anteriormente dicho, ya he navegado más que 1.900 km en solitario, muchas veces por mares bravos y costas salvaje. Me hace pensar en las primeras semanas, con muchas ampollas, el frío, durmiendo incluso con la chaqueta de plumón dentro de doble saco de dormir, viviendo todos los días en el traje seco. Suena como un poco de sufrimiento, no? Pues muy poco. Forma parte de la aventura y he disfrutado de superar los inconvenientes diarios pequeños.
Esta tarde parado entonces, la primera vez en un camping en al menos dos semanas. Lo aprovecho para lavar mi “dormitorio” amplio:
Ahora me toca endulzar este cuerpecito mío y acostarme tempranito. Aquí puedo, aunque todo el mundo me ve y con luz natural todavía. Hay que aprovechar el lujo!