El estrecho antes de llegar a la desembocadura del río Seine, mide 21 kilómetro. La última parada es el sitio en la foto:
Nunca antes en viajes anteriores he tenido que esperar 5 días hasta que el mar me permite seguir. Pero necesitaba un buen día. Es que una vez salido, ya no hay paso atrás con estos acantilados. A partir de kilómetro 21, empieza la ciudad llamada l’Havre con su doble puerto. La policía de mi aparcamiento ya me avisó que por allí no se puede pasar en kayak. Por supuestísimo ignoré su aviso.
Ayer salí del sitio de la foto. Pronto, ya no protegido por ese dique, noté que el mar estuvo más movido que parecía desde la playa. Tres horas más tarde había cruzado la boca del primer puerto en l’Havre, ahora en ruta a la segunda. De repente sonó un aviso muy alto y apareció el barco grande de la policía. “Es imposible pasar por aquí, usted tiene que girar y volver al norte!”
Imposible y prohibido? Imposible desde luego no es, visto que he pasado jeje. “He venido del norte, ahora voy al sur!” El barco policial y yo nos encontramos entre dos bocas de puertos, gritando y negociando. Les expliqué lo de mi viaje, que no soy un turista del día y que ya tengo mucha experiencia con estas situaciones. Simplemente volvieron a decir que “es imposible seguir”. Les pregunté por el canal VHF del responsable final del puerto para ponerme en contacto directamente. No esperaban que llevo radio y por algún motivo esto les hizo dudar. Al final me dejaron! Aunque iban detrás para vigilarme toda la distancia del los puertos. El más simpático tomó foto de mi con su móvil, para contarlo luego a sus amigos me imagino.
Después me tocó cruzar la desembocadura de la Seine, que allí mide nada menos que 6 kilómetros. En la mitad de repente la fuerza de la corriente se subió hasta al menos 5 nudos, quizás más, con olas estáticas grandes, aunque no rompieron mucho. Menos mal. La corriente me ganó y empezó a llevarme hacia mar dentro, justo donde los buques grandes navegan. Menos mal que había ido 4 kilómetros por dentro antes de cruzar, para tener margen. Entonces necesité este margen! 20 minutos más tarde pude escapar de la corriente principal y pasé entre un hueco en las rocas de un arrecife artificial hacia aguas más tranquilas. Y allí encontré 14 focas tomando el sol en un islote, desde muy cerca! Precioso. La segunda mitad de la desembocadura fue fácil.
Por la tarde tuve que abortar antes que previsto por el viento. Fui a un club naútico para preguntar si pueda pasar la noche dentro su recinto. No había sitio, pero me enseñaron un campito de césped, también suyo, en que pude poner mi tienda de campaña. El día siguiente, es decir hoy, me invitaron a un cafelito y una charla en la terraza de su club.
Según las predicciones, hoy iba a ser un día tranquilo. Pero estamos en Normandía y aquí el tiempo no cumple ningún compromiso. Después 6 kilómetros de navegar por olas confusas rompientes y espuma en todas partes, me he rendido. Las pocas personas en la playa en chaqueta de invierno, los gorros puestos y sus posturas muy adelante para resistir la fuerza del viento. Por casualidad hay en este lugar un camping a lado de la playa, allí estoy. El primer camping en 10(?) días.
Normandía… admito que no me sale fácil. Pero muy bonito es.