Rumbo al sur

Parece lógico, no? Quién quiere ir de Los Paises Bajos a España tendrá que poner rumbo al sur. Pero no siempre es así. Hasta ahora he ido muchos días al oeste e incluso al norte! Aunque todavía en Normandía, la parte más dura de ella ya tengo atrás. Después de “Cap de la Hague”, dónde las corrientes suben a 10 nudos(!), la costa se dobla al sur. De momento, hasta de llegar a Saint Malo. Lo que también me gusta mucho es que estas costas son menos poblados y más simpáticas. Hay playas, dunas, zonas naturales. Ayer hice 46km, por fin he podido navegar una distancia sin sentirme culpable de no cubrir más. Sigue en vigor las corrientes, entonces la distancia que quiere desplazarse hay que hacer dentro 6 horas, quizás 7 como máximo si empiezas un pelín precoz y bajas tardecito.

Hacer camping es una pasada.

Pasar la noche encima de un forte de la guerra mundial segunda
Es conveniente no equivocarse en la línea de pleamar.
No hay nada ni nadie en los alrededores.

Gente maja

El conjunto del viento, olas, acantilados y las corrientes locas aquí en Normandía hace que todavía no avanzo como lo que había planeado. Sobre todo para pasar por un cabo prominente, todo tiene que cuadrar. Son muchos factores y por supuesto no siempre todo está a favor. Pues pacieeeenciaaaa… Unos de mis puntos menos fuertes jeje, pero también forma parte de los obstáculos que hay que superar durante un viaje como este.

Mientras encuentro mucha gente muy maja. Me han invitado para la cena varias veces, para pasar la noche en su casa, dormí una noche con un padre e hijo en su velero, me han invitado muchas veces para un cafelito o una cerveza, un alemán me ofreció transportar mi kayak con su furgoneta a otra zona para dejar Normandía atrás (por supuesto rechacé su oferta amable), un camping no me cobró por simpatía de mi viaje, me ayudan a menudo con el kayak en la playa, quieren tomar una foto con mi, me graban para luego mandarme el video (también con un drone) y miles de charlas agradables.

Mis padres me apoyen mentalmente casi todos los días, como mis hijas. Mi amigos del club de Sancti Petri me animan y otros amigos kayakistas también. Los de que no oigo mucho son personas sin kayak, pero esto es normal visto que no conozco a nadie que no lo tiene jejeje.

Sobre todo quiero mencionar a mi novia que me apoya tan fielmente durante este locura de su pareja!

Un fuerte gracias a todos, realmente me ilumina el alma y me dais la fuerza de seguir. Gracias!

Pasar por la Seine

El estrecho antes de llegar a la desembocadura del río Seine, mide 21 kilómetro. La última parada es el sitio en la foto:

Aunque apenas se ve, allí abajo en la parte verde estoy.

Nunca antes en viajes anteriores he tenido que esperar 5 días hasta que el mar me permite seguir. Pero necesitaba un buen día. Es que una vez salido, ya no hay paso atrás con estos acantilados. A partir de kilómetro 21, empieza la ciudad llamada l’Havre con su doble puerto. La policía de mi aparcamiento ya me avisó que por allí no se puede pasar en kayak. Por supuestísimo ignoré su aviso.

Ayer salí del sitio de la foto. Pronto, ya no protegido por ese dique, noté que el mar estuvo más movido que parecía desde la playa. Tres horas más tarde había cruzado la boca del primer puerto en l’Havre, ahora en ruta a la segunda. De repente sonó un aviso muy alto y apareció el barco grande de la policía. “Es imposible pasar por aquí, usted tiene que girar y volver al norte!”

Imposible y prohibido? Imposible desde luego no es, visto que he pasado jeje. “He venido del norte, ahora voy al sur!” El barco policial y yo nos encontramos entre dos bocas de puertos, gritando y negociando. Les expliqué lo de mi viaje, que no soy un turista del día y que ya tengo mucha experiencia con estas situaciones. Simplemente volvieron a decir que “es imposible seguir”. Les pregunté por el canal VHF del responsable final del puerto para ponerme en contacto directamente. No esperaban que llevo radio y por algún motivo esto les hizo dudar. Al final me dejaron! Aunque iban detrás para vigilarme toda la distancia del los puertos. El más simpático tomó foto de mi con su móvil, para contarlo luego a sus amigos me imagino.

Después me tocó cruzar la desembocadura de la Seine, que allí mide nada menos que 6 kilómetros. En la mitad de repente la fuerza de la corriente se subió hasta al menos 5 nudos, quizás más, con olas estáticas grandes, aunque no rompieron mucho. Menos mal. La corriente me ganó y empezó a llevarme hacia mar dentro, justo donde los buques grandes navegan. Menos mal que había ido 4 kilómetros por dentro antes de cruzar, para tener margen. Entonces necesité este margen! 20 minutos más tarde pude escapar de la corriente principal y pasé entre un hueco en las rocas de un arrecife artificial hacia aguas más tranquilas. Y allí encontré 14 focas tomando el sol en un islote, desde muy cerca! Precioso. La segunda mitad de la desembocadura fue fácil.

Por la tarde tuve que abortar antes que previsto por el viento. Fui a un club naútico para preguntar si pueda pasar la noche dentro su recinto. No había sitio, pero me enseñaron un campito de césped, también suyo, en que pude poner mi tienda de campaña. El día siguiente, es decir hoy, me invitaron a un cafelito y una charla en la terraza de su club.

Según las predicciones, hoy iba a ser un día tranquilo. Pero estamos en Normandía y aquí el tiempo no cumple ningún compromiso. Después 6 kilómetros de navegar por olas confusas rompientes y espuma en todas partes, me he rendido. Las pocas personas en la playa en chaqueta de invierno, los gorros puestos y sus posturas muy adelante para resistir la fuerza del viento. Por casualidad hay en este lugar un camping a lado de la playa, allí estoy. El primer camping en 10(?) días.

Normandía… admito que no me sale fácil. Pero muy bonito es.

Los acantilados de Normandía

…son muy bonitos, sobre todo cuando la primera- o la última luz del día les roza. Con pleamar el agua sube hasta las rocas, no queda nada de playa. La diferencia máxima entre pleamar y bajamar en esta zona es de 10 metros, entonces con bajamar la playa es inmensa (hasta más que un kilómetro de ancho) y invita dar un buen paseo. Pero cuidado, es muy fácil equivocarse y quedar atrapado cuando el agua se sube. Además, el pie de los acantilados no es un lugar para estar. Derrumban muy a menudo. Se ve, es lo que los numerosos cárteles avisan y lo que me cuenta la gente.

Pocas veces hay refugio en forma de un pueblecito en que tienen una rampa. Las rampas no se ve en Google Earth ni en el GPS. Por esto siempre cuento el tiempo y la distancia que pasa, después de pasar por una posible salida. Aunque en un emergencia apenas se podría volver al último lugar seguro, por que ir en contra de la corriente es casi imposible.

Aquí estoy esperando dos días hasta el viento se calma. Es un puerto pequeño. Distinto que en España, aquí lo que llamamos un “Puerto Deportivo” se admiten deportistas. Hace pocas horas que hubo otra tormenta, no previsto en las predicciones. El suelo es de hormigón y en este material las piquetas no entran bien, entonces he buscado todo lo que tiene peso para más o menos fijar la tienda y así evitar que se convierte en una cometa graciosa.

Estos momentos aprovecho para secar las ropas, cargar pilas desde la batería externa que llevo, comiendo continuamente, charlar con personas amables y sobre todo: dormir. Es impresionante como duermo durante viajes como este, a veces hasta 12 horas, para poco después de despertar dormir dos horitas más! Pero en días habituales (en los que las condiciones son favorables para navegar) es el contrario. Mañana por la mañana por ejemplo sonará el despertador a las 04:00 para no perder la marea. Viajar en kayak por Normandía es especial, empiezo gustármelo😁

La ventana frágil para navegar

En nuestras aguas, es decir las españolas, se puede navegar cuando te apetece. Bueno, en la condición que el viento y las olas te lo permiten. En otros viajes a menudo me levantaba muy temprano para seguir paleando todo el día y así cubrir distancias de casi 70 kilómetro en un día.

Aquí en el norte de Francia no es tan fácil. Las mareas son tan grandes que la distancia medida sobre la playa entre pleamar y bajamar es más que un kilómetro! Unos seis metros de altura entre pleamar y bajamar. Más adelante, más al sur digo, esta cifra aumentará incluso bastante más. Ten en cuenta que el tiempo que tiene el agua disponible para realizar este cambio sin embargo es igual en todo el mundo; unas seis horas. Pues imagínate “la prisa” que tiene el agua para cambiar entre sus extremas. Vaya tela. La consecuencia por supuesto es que las corrientes son de locas. En su tope, corren hasta el triple de que un kayakistas bien entrenado pueda palear. Este concepto es algo abstracto para nosotros en el sur.

En conclusión, hay que calcular la corriente bien, de modo sí o sí. No simplemente coincide con las horas de pleamar y bajamar y la discrepancia depende del sitio exacto en que te encuentras.

De ejemplo, una calculación para el día de mañana, martes 17 de Mayo. En Gales, Inglaterra, durante … sí, un entrenamiento de kayak jejeje, compré una guía para veleros. He quitado las páginas más esenciales. Es una guía Inglesa, entonces se refiere al pleamar en Dover. Da igual, necesitamos un sitio de referencia no importa cuál.

Las corrientes en función de la hora

De momento, me encuentro entre Boulogne y Dieppe. Allí busco el momento en que la corriente cambia y empieza correr al sur. Para completar un ciclo entero entre dos pleamares, entran 12 horas. Las corrientes cambian cada hora en intensidad y dirección entonces para cada hora sale un mapa con las corrientes de este momento en concreto. Como se ve en la foto, dónde apunto mi dedo en este hora hay “slack water”, lo que significa que está cambiando la corriente al norte, hacia el sur y habrá un momento corto en que apenas habrá corriente. A partir de este momento la corriente de mañana estará en mi favor. ¿En qué hora?

Dice este mapa que esta situación ocurre 3 horas después de HW (High Water, pleamar) en Dover. Buscamos esa hora en internet y resulta que HW en Dover da lugar a las 12:30. A esto sumamos las tres horas: 12:30 + 3h = 15:30. En resumen, tendré la posibilidad de navegar al sur a partir de 15:30, antes no.

Lo que me enseña las imprimaciones de Google Maps (el sistema me conviene súper bien, lo recomiendo mucho) es que en el estrecho de la costa de mañana habrán dos desembocaduras muy grandes de aguas interiores al mar. Sin obstante, la pleamar aquí en la zona de Berck donde estoy, ocurre bastante antes, es decir a las 13:30. Mientras que paso por dichas desembocaduras esas aguas se estarán vaciando al mar con 100% de su fuerza máxima. Chocarán la corriente normal hacia el sur con la corriente de esos ríos. Imagínate el mar movido en ese momento. Es como Sancti Petri, Cádiz encima de la isla de gaviotas, pero todo multiplicado por no se qué factor y en un estrecho hasta seis kilómetros cada paso. Ah, ¿y he mencionado ya que mañana el coeficiente es de 100 con la luna llena?

Pues volvemos a la hora de salir, 15:30. A partir de las 18:00 hay que pensar a un sitio adecuado para pasar la noche. No hace falta parar inmediato, pero es hora de planear el fin del día. Ya ves que realmente hay poco tiempo para cubrir distancia. Durante esta ventana de tiempo disponible para navegar es conveniente que no sople un viento de locos del sur, ni olas demasiado confusas. En el caso que sí, hay que ser paciente y esperar al próximo día antes de salir al agua.

De todo esto aprendo y me imagino que con la experiencia y el avanzo del tiempo manejaré las fuerzas naturales cada día un poco mejor. Todos los días veo focas desde muy cerca y encuentro gente maja. La noche pasada me pilló una tormenta con truenos y lluvia intensa mientras que estuve agustito en la tienda de campaña con todo lo que se necesita para engordar un poco más, ¡Qué felicidad!

Contra la marea

Ir en contra la marea en estas latitudes no tiene mucho sentido. Lo sabía ya, pero esta mañana el viento por fin se calmó durante unas horas. Es decir “nada más” que 13 nudos en contra. Pero ya tenía tantas ganas de salir de ese aparcamiento y por fin mover el culo un pelín más al sur. Fui cabezón. He paleado muy fuerte durante cuatro horas para avanzar sólo 9 kilómetros! No me arrepiento, he llegado a otro sitio y a descubrir un ambiente nuevo. Mañana sigue este viento intenso, pero parece que a partir de sábado las cosas vuelven a la normalidad. A levar todo lo que tengo, afeitarme, comer todo lo que puedo, cargar las pilas y dormir mucho; qué venga ese sabadete!

El primer día, en el río Rin, cuando encontré un grupito de kayakistas Holandeses. Uno de ellos ya me conocía por Youtube! Ai, qué fácil fue aquella zona😁

Encima del túnel

La foto con los vinos hace algunas noches. Iba a quedar en un rincón de un puerto, en el suelo. Así evitaría desplazarme tanto con el carrito. Hasta un chico de 13 años en un patinete me empezó a preguntarme detalles sobre lo que estaba planeando hacer allí. En la mitad de nuestra conversación agradable de repente se fue.

Poco después volvió con su padre. Resultó que es el mismo tipo que había saludado cuando giró su coche Tesla enfrente de mi. Me invitaron llevar mis cosas a su yate y pasar la noche más cómodo con ellos! Tuvimos muchas charlas y risas sobre la vida, fue muy divertido. La mañana siguiente el despertador me gustó un poco menos cuando sonó a las 04:45 para no perderme la marea.

La foto de mi tienda de campaña entre los campers izquierda y los silenciosos derecha es de ahora. Ayer tenía hecho ya 52 kilómetros, con la idea de seguir 9 km más cuando de repente vi una rampa de hormigón. Hay muy pocas rampas pero para mi son inevitables para salir de la playa y esta zona todavía forma parte de la línea delicada. Vi un camping en el mapa, cerca de la rampa y decidí bajarme. Pues ese “camping” ha resultado ser nada más que un aparcamiento para auto campers. Según el cartel en la entrada queda estrictamente prohibido las tiendas de campaña. La suerte nunca viene sola, al menos los dos días próximas habrá un viento muy fuerte (más que treinta nudos) de la dirección sur-oeste. Es decir, de la dirección a que voy! Entonces, aquí me toca a quedar, con o sin carteles chulos. No me preocupo, aprovecho el tiempo para andar, alimentarme bien y sobre todo descansar. El delito que cometo no veo. Tampoco he oído quejas de mis vecinos.

Un detalle curioso es que según el GPS el túnel de Calais a Dover corre exactamente por debajo de mi colchón! Y he descubierto que a tres kilómetros hay un “patisserie”, en otras palabras, un artista de pequeñas tartas de manzana. Adoro esa gente. Mañana otro día sin salir, después creo que el viento se calma.

No debería mantener el blog para no quemar mis datos, que son imprescindibles para consultar el tiempo. Es el motivo que a veces no se actualiza el blog. Gracias por leerlo!

Los primeros 300kms

No llevo mucho tiempo y ya he visto mucho. Frío, focas, algunas olas, buques grandes desde muy cerca, corrientes y muchas personas majas. Hasta Belgica todo fue fácil. Una vez en la costa de Mar de Norte tengo que tener en cuenta la marea. En la práctica esto significa que no puedes navegar más que la mitad de las horas del día. Y las horas que tienes no puedes elegir tú.

Además, las costas Bélgica no son muy adecuada para acampar libremente. Son muy pobladas, hay mucha vigilancia y sobre todo: el problema con transmigrantes desesperados es realmente gordo. Se esconden en las dunas y buscan cualquier posibilidad de cruzar el estrecho de la Mancha para ir a Inglaterra. Es más, mueren para un oportunidad. No me atrae demasiado “negociar” con dos cientos Africanos que me exigen mi kayak, pues campings me tocan. Lo que he subestimado es que es muy duro llegar a un camping a dos km del mar, detrás de un dique alto a que se sube con escaleras. Pero bueno, todo pasa y al final llegaré a costas más trtranquilas.

Navegando en solitario, no hay nadie que me frena. Pues me mato a mi mismo, jeje. En los primeros días ya, tenía ocho ampollas. Los últimos días me salen más ampollas por tirar el kayak equipado con el carrito.

A pesar de todo, disfruto mucho de la aventura y estoy muy curiosio a lo que me está esperando detrás del horizonte.